Carnaval

Amada: ¡ha llegado el tiempo de las alegrías!
¿Oyes esas risas? ¡Es el Carnaval!
Arroja la máscara de todos los días
y cúbrete el rostro con el antifaz.

Viste con un traje de exótico estilo,
ciñe con anillos tus dedos agudos,
adorna con flores el seno intranquilo
y muestra tus brazos, que estando desnudos,
¡tus brazos completan.la Venus de Milo!

Desata y empolva tus negros cabellos
y deja que aspire tus polvos en ellos
y pinta tus labios con rojo color;
deja que al impulso de mis desvarios
al besar tus labios tíñanse los míos
con los rojos tintes de tu tocador.

¡Cede a mis empeños! ¡Ríndete a mis quejas!
Cuélgate las perlas de tus dos pendientes
en las bellas conchas de tus dos orejas,
y tus ojos brillen más resplandecientes,
como dos guerreros ávidos de hazañas,
que vencieran almas con sus resplandores
al lanzar los dardos de sus mil fulgores
entre las cien lanzas de tus cien pestañas!…

Corramos,amada; tus penas olvida.
¿No escuchas un vago murmullo de enjambre?
Es Momo que al baile nos convida;
gastemos el oro, gocemos la vida…
¡en tanto los pobres se mueren de hambre!

Deja que te cubra de confeti leves;
soy ante las joyas de tus plantas breves,
un Pierrot que clama por su Colombina;
vamonos al baile, cúbreme de flores
y átame a tu pecho, trémula de amores,
con las espirales de una serpentina!

Mézclense en mi copa todos los licores,
rueden confundidos a mis ademanes
los vinos de todas las viñas de España
con los dulces vinos de los alemanes,
entre las espumas del áureo champaña…

Y tú, dulce amada, reina de hermosuras,
que tornando tuyos todos mis dolores
apuraste el cáliz de mis desventuras
lleno de amarguras y de sinsabores,
ánfora de amores llena de ternuras:
bebe de esta copa que temblando tomo;
sueño de mi insomnio, mágica sirena,
bebe de mi vaso brindando por Momo
con vinos mezclados que maten la pena.

Sostente en mis brazos si estás temblorosa,
sosténme en los tuyos si ves que vacilo:
anuda a mi cuello tus brazos de diosa…
¡Con ellos completas la Venus de Milo!

Ya que ante tus ojos llenos de fulgores
soy contrario débil para tus hazañas,
que me rindo presto, lleno de temblores,
ante la cien lanzas de tus cien pestañas,

pierdan sus destellos tus ojos fulgentes
cuando te dobleguen todos los excesos,
y si no te embriagan mis vinos ardientes,
duérmete en mis brazos, ebria de mis besos…

Ha llegado el tiempo de las alegrías.
¿Oyes esas risas? Es el Carnaval:
¡Momo se aproxima, suenan chirimías
y óyense los ecos de la bacanal!
Ha llegado Momo, dios de las orgías:
vuélvete de espaldas con un gesto real,
y mira cual cruzan, sembrando agonías
el Hambre y la Pena, los hijos del Mal.

No escuchas el vago zumbido de enjambre:
para tantos pobres que mueren de hambre,
vertamos el llanto, tengamos amor;
átame a las vueltas de una serpentina
y lloremos juntos, dulce Colombina,
por las tristes almas llenas de dolor.

Rubén Martínez Villena

La pupila insomne (1918)

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