La moda en La Habana de 1841

Por: Francisco González del Valle
En: La Habana en 1841

El apartamiento del cubano de las cosas de España nótase hasta en los trajes de la clase distinguida y adinerada de esta Capital, que no eran las de la Metrópoli sino las de París y Londres: las habaneras vestían a la moda parisiense y los habaneros al estilo inglés. El periódico que funda Domingo del Monte —espíritu culto y refinado—, titulado La Moda o Recreo Semanal del Bello Sexo, ilustrado con figurines que reproducían los estilos más en boga en París, servía para orientar a las damas en la elección de sus trajes.

Por cierto que en 1841 se anunció la reaparición del citado periódico, lo que no se ha podido confirmar. Aquí en La Habana había varios establecimientos de modas francesas, de trajes y sombreros al frente de los cuales estaban las madames Bovés, Pitaux, Barber, todas en la calle del Obispo. Se anunciaban en ese año corsets ingleses mandados a hacer para este clima, tienda El Paseo, Aguiar frente a S. Felipe. Los trajes de baile y de teatro que se llevaban en ese año costaban de 500 a 600 pesos. El folletinista del N. L., Pardo Pimentel, en 5 de febrero, hablando sobre modas de señoras, decía que los sombreros de blonda son los más elegantes y propios para el clima; y continuaba así:

Hemos visto uno de gran precio y lindísimo, que no es de blonda. Estaba destinado para la cabeza de la célebre Fanny Elssler: una riquísima punta o encaje de Inglaterra cubre la parte interior del ala y vuelve casi suelta a cubrir la parte exterior, es decir, que está todo revestido del precioso encaje; debajo de éste, en la parte interior del ala, están las flores, veladas por esa gasa aérea, como se cubre Fanny en el final del segundo acto de La Tarántula. Este hermoso sombrero se hizo y adornó en el almacén de Madame Bovés (calle del Obispo).

El 18 del mismo mes volvía a tratar del asunto el folletinista, diciendo que, entre los trajes de baile,

… es muy lindo un túnico de crespón con transparente de rasa blanco, pero abierto, no por el medio, sino por el lado, con bandas de flores o de cintas, corpiño del mismo color, pero de peto no extremado. Son de más lujo los de punto de seda, y muy bonitos los de “punto-ilusión”, que debe este nombre a su gran semejanza con la blonda. En el túnico de baile, la manga corta lleva pliegues a lo Fanny Elssler con el mismo adorno de blonda que el pecho del túnico. El traje de baile más lujoso y elegante, digno de la hermosa de la alta aristocracia, es el túnico de blonda… que cuesta de 500 a 600 pesos. En El Pavo Real, acreditado almacén, abundante y nuevamente surtido, hemos visto de esos reales túnicos de 600 pesos, blancos y negros.

Pasaba luego a hablar de los trajes de teatro, así:

En razón del clima y del uso continuo que nuestras bellas hacen del carruaje, la toilette de teatro es casi la misma que la de paseo. Así, de la Alameda pasan al palco. Sigue en moda el raso labrado. Nosotros preferimos en la dama elegante el túnico de gasa de seda labrada con dibujo de colores y fondo blanco. En una de las últimas noches en Tacón hemos visto a una muy hermosa dama que llamaba la atención de los inteligentes por su graciosa toilette. Vestía un lindísimo túnico de tul blanco sembrado de pequeñas rosas bordadas al pasado. El efecto de este sencillo, pero precioso tul se percibía más en el sombrero, porque parecía que una ligera gasa cubría un sinnúmero de pequeñas rosas naturales. En este tul la rosa no parece bordada, sino interpuesta. Es una hermosa ilusión. El spenser o corpiño de distinto color del túnico se usa ya poco, porque se ha vulgarizado mucho.

Del traje masculino elegante, he aquí lo que nos cuenta Vicente, folletinista del F. Y., en crónica del 21 de diciembre, al describir a un petimetre:

Vestía mi amigo una semilevita negra que él llamó “casaca”, adornada con grandes botones de terciopelo, y forrados los inmensos faldones en raso del mismo color que el paño. Pantalón negro con pliegues y botín a la última moda, chaleco de casimir color de caña, corbata de raso puesta artificiosamente, y prendido a ella un doble alfiler de oro con su graciosa cadenita. Oprimía sus perfumados cabellos, un negro sombrero adornado de su correspondiente cordón y borlas, a guisa de obispo o de cardenal del Sacro Colegio, y en su mano derecha llevaba en continuo movimiento una especie de garabato de granadillo, que dice son los bastones que están haciendo furor entre los elegantes de La Habana…

Terminamos esta breve reseña de las modas en 1841 con la relación de tiendas dedicadas a esos artículos que hallamos anunciadas en los periódicos: almacenes y tiendas de ropas, modistas, zapateros, sombrereros, etc.:

Calzado.

La Anita, zapatería de Sras. Lamparilla 70, frente a la esquina de La Campana. F. Y., 8 de diciembre, p. 4.

La Perfecta Habanera, calle Habana esquina a Obrapía, frente al Paquete, No 1. Anuncian venta de calzado de raso de todos colores, completo surtido. D. H., 31 de marzo, p. 4.

Camisería

  1. May anuncia venta de camisas y de libros en blanco, calle de Mercaderes, bajos de la Casa de Gobierno, frente a Santo Domingo. F. Y., 20 de diciembre, p. 3.

Corbatas.

Fábrica de corbatines. Muralla 86%, frente a la ciudadela La Guardia. F. Y., 13 de diciembre, p. 4.

Cosméticos.

Se anuncia la venta de un cosmético negro para teñir canas, a dos reales la pastilla, en la tienda de papel y estampas La Cartera, calle de la Muralla y San Ignacio; en la calle del Obispo frente a la puerta principal de la Real Audiencia, y en la plaza del Vapor. D. H., 10 de mayo, p. 4.

Modistas.

Madame Orfila, calle de Aguiar 31; Madame Pitaux, en O’Reilly y Madame Bovés, en Obispo; y Rosa, modista de señoras de alta sociedad.

Peluquería.

De Mr. Labaume, Mercaderes No 10. F. Y., 19 de diciembre, p. 4.

Pefumería.

Fábrica de perfumería en Habana 180, detrás del convento de San Felipe. Se anuncia la venta de: Aceite de jazmín, violeta, rosas, guanábana, azahares, limón, mil flores, etc.; pomadas de los mismos olores y los de tuétano, oso, león, para fortalecer el cabello, negritivas y cosméticos para ennegrecer el cabello; extracto para el pañuelo y la ropa de ramillete habanero, aromas de ambrosía, miel de la reina de Inglaterra, verbena, vetiver, jazmín, rosa, violeta, azahares, almizcle, bouquet de Caroline, etc.; esencias: de rosas, bergamota, limón, naranja, clavel, canela, tomillo, yerbabuena, romero, lavanda, almendra amarga, etc.—D. H., P de enero, p. 3.

Platería.

En la calle de Santa Teresa N° 17, platería de Juan Rozan, se anuncia que se abren gratis las orejas a las niñas sin dolor alguno con un instrumento muy simple, un punzón de oro que se va sacando, e introduciendo por el otro lado el arete.—F. Y., 13 dic, p. 4.

Quincalla.

Tienda de quincalla El buen gusto de París, Obispo 27; además de quincalla, anuncia óptica, prendería, juguetes, cajas de música con 6 u 8 tocatas de Bellini y Donizetti, y otras contradanzas habaneras como La muerte de la sardina, Chicha y limonada, Los folios, No camines tan afrisa, etc. D. H., 8 de marzo, p. 3.

 

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