Por el promotor de lectura Adrián Guerra Pensado
3 personajes bajan al centro de la Tierra, anímate a ser el cuarto.
Viaje al centro de la Tierra se basa en la tenacidad. La cualidad que más resalta en sus protagonistas es su esfuerzo. Lanzarse a un pozo hacia lo desconocido tiene, sin dudas, un toque de locura. Las penalidades que enfrentan los tres aventureros en su descenso son desesperantes: sufren sed y la angustia de no saber si obtendrán agua a tiempo; tienen que convivir con la certeza de estar debajo de toneladas de agua de los océanos y de la tierra de los continentes, así como la duda de no saber si el camino los llevará a donde ellos quieren; se extravían; sufren el terror de una obscuridad total; se lanzan, caen y rebotan entre rocas; navegan con una balsa de troncos sobre aguas turbulentas, y hasta sobre lava volcánica; presencian una lucha entre animales antediluvianos; se enfrentan a huracanes y a una violenta tempestad; son vomitados por un volcán… En definitiva, cansados, desorientados, ahogados, arrastrados y golpeados, los tres personajes no toman muchas decisiones, excepto la de continuar siempre adelante. Los protagonistas de esta novela no luchan por sobrevivir, sino por descubrir; quieren arrebatar los secretos de la Tierra, el conocimiento absoluto de las leyes de la naturaleza. El profesor Lidenbrock lo dice literalmente: “¡No cederé ni un paso, no retrocederé ante nada, y ya veremos quién vence, si el hombre o la naturaleza!”
Los personajes saben leer las señales que revelan la información allí por donde pasan. El lector entra en la historia a través de los pensamientos de Axel, de sus continuas discusiones con su tío sobre lo que supone tal o cual observación del terreno. Lidenbrock cumple el papel de maestro del joven Axel, lo obliga a entrenarse para enfrentar el miedo. Hay escenas muy vivas, llenas de dramatismo, las hay admirables, llenas de fuerza poética y otras de emoción.
LIBRURAS te invita a disfrutar de esta aventura que representa la confianza del ser humano en sí mismo y a fomentar en ti el valor y la persistencia.
Julio Verne (Nantes, 8 de febrero de 1823 – Amiens, 1905) nació en una isla, hoy desaparecida, en medio del río que pasa por delante de la ciudad francesa de Nantes. A los 12 años huyó de casa para intentar