Por el promotor de lectura Adrián Guerra Pensado

¿Es que no tenemos en casa recuerdos remotos del pasado familiar? Seguro existen dando tumbos por la casa o como adornos o como recuerdos sentimentales y algunos con valor estimable y de diario uso, objetos que ya se han dejado de fabricar en estos tiempos. Puede que tengamos colecciones de sellos de correo postal, relojes despertadores de cuerda, o de péndulo o cucús.

Ahora que estamos con los pequeños en casa las 24 horas del día, bien que podríamos hacer un listado de estos objetos y preparar una muestra de ellos o un recorrido para redescubrir la historia nunca contada.

Puede que tengamos junto al juego moderno de instrumentos de cocina, alguna olla del tiempo en que se casaron los abuelos allá por los años 40, o espumaderas hechas “para durar siempre” de los años 50, o un recogedor salido de una lata de galletas que fabricó el abuelo cuando estaba en la clase de Educación Laboral 9no. Grado. En los 70. Cada objeto que redescubramos tiene un tiempo y una historia que ha permitido que permanezcan en el presente. Este puede ser un camino que los pequeños llenarán de preguntas y cosecharán aprendizajes interesantes. Será un viaje a las tecnologías, a la historia familiar, incluyendo sentimientos y emociones.

Cuando la pandemia desaparezca y los museos abran sus puertas, nuestros pequeños habrán aprendido ahora, y en casa, a sospechar las maravillas que les aguardan en el largo viaje de la historia, allí delante de sus ojos.

Organizados cada 18 de mayo o alrededor de esa fecha desde hace más de 40 años, los eventos y actividades planeados para celebrar el DIM pueden durar un día, un fin de semana o incluso toda la semana. El lema para 2021 es:

 “El futuro de los museos: recuperar y reimaginar”