Por el promotor de lectura Adrián Guerra Pensado
¿Qué significa el placer de leer?
Significa que se ha descubierto que la lectura es una parte importante de la vida; que la lectura es fuente de experiencias, emociones y afectos; que puede darnos energías, consolarnos, inspirarnos.
La lectura obligada de los libros de texto no convierte a los escolares en lectores pues a veces no se comprenden o se leen mal y entonces no se cumple su función más importante; que sería abrir nuevos horizontes. Un auténtico lector debe leer por su propia voluntad, porque comprende y le gusta hacerlo y siente que necesita hacerlo.
Se mejora la lectura cuando se aprende a dar sentido a más palabras y frases, a más noticias, sentimientos, emociones e ideas; es decir; con ella se aprende a reconocer con mayor rapidez y profundidad unidades de significado. Esto se consigue al hallar esas palabas y frases, esas noticias, ideas, sentimientos y emociones muchas veces, en contextos diferentes, y al reconocer en ellos conocimientos y experiencias que ya se tienen, ya se han pensado, sentido y vivido. Sólo quien lee mucho llega a ser buen lector.
La lectura voluntaria es un medio para entendernos y entender a los demás. Es un ejercicio de muchas facultades: la concentración, la deducción, el análisis, la abstracción, la imaginación, los sentimientos y llega a ser algo que se contagia como una adicción que nos regala muy buenos ratos mientras cultiva nuestra inteligencia.
La lectura por placer se contagia con el ejemplo; leyendo en voz alta. Hay que leer con la gente que uno aprecia, en voz alta y en familia por el puro placer de hacerlo.
LIBRURAS aconseja a mamás y papás, que empiecen leyendo textos cortos y con el tiempo irán alargándolos para que aumente la capacidad de atención de los oyentes. La lectura debe tener hora y días fijados para crear el hábito de escuchar. También es importante conocer bien el texto, saborearlo antes, dramatizar un poquito los diálogos, ajustar el ritmo a la acción del relato y permitir a los niños reaccionar a la lectura cuando ellos quieran expresarse. Nada de escuchar quietos y callados.
Para interesar a los lectores en formación, hay que buscar libros que correspondan con su edad, que les permitan identificarse con los personajes, proyectar sus propios deseos y esperanzas. El mejor lugar donde encontrarlos; para cualquier gusto y edad, son las bibliotecas públicas.