Por el promotor de lectura Adrián Guerra Pensado
Esta novela construyó historia estadounidense.
¿Saben que hubo una novela que se supone tomó gran parte del motivo que empujó la liberación de tres millones de esclavos? Esa novela fue La Cabaña del Tío Tom, escrita por Harriet Beecher Stowe. No fue una gran novela artísticamente hablando –los libros escritos para enojar al pueblo sobre terribles asuntos no son generalmente tan fuertes en el arte como lo son moralmente.
La historia del Tío Tom atravesó el país como una tormenta. 500,000 copias fueron vendidas en los Estados Unidos en 5 años y fue traducida a más de un score de lenguas.
Un libro singular puede movilizar el imaginario público para construir historia y ése es el caso de esta novela.
No dejen de leer “La Cabaña del Tío Tom”, una de las más famosas novelas estadounidenses.
Harriet (Enriqueta) Beecher Store nació el 14 de junio de 1811 en el seno de una familia de pastores y enseñar a las personas a hacerlo correcto y a odiar lo incorrecto fue algo natural para ella. Litchfield, Connecticut, su lugar de nacimiento, era una de las comunidades más cultas en Nueva Inglaterra que era entonces un centro cultural de América. No asombra que esta niña, tan seria, creciera para educar a su país. Fue en Ontario, Canadá, donde conoció al predicador negro y culto, nombrado Henson, cuya dura historia le dio la clave para caracterizar el personaje del Tío Tom. Cuando regresó con su esposo a Nueva Inglaterra (1850) fue que comenzó a escribir lo que aprendió de la esclavitud para que sus compatriotas pudieran inspirarse y hacer algo. La gente del Sur la odió, pero la gente del Norte creyó cada palabra y no hay dudas de que su deseo de ayudar a los esclavos profundizó la amargura que provocó la trágica Guerra Civil. Cuando la guerra comenzó, Harriet entregó un hijo a la causa de la Unión. El joven regresó herido a casa y ella compró un sitio en Florida –los días de su pobreza habían acabado– y ella se dedicó a atender a su hijo hasta que él murió. Después, vivió apartada del mundo hasta su muerte en 1896 a la edad de 85 años.