Por el promotor de lectura Adrián Guerra Pensado
P
odemos aprovechar fechas como el 22 de abril, Día de la Tierra, la cumbre sobre el medio ambiente que se organiza a nivel mundial. Cuidar el medio ambiente es cuidarnos a nosotros mismos y así es como se lo debemos explicar a nuestros hijos. Es algo que tienen que interiorizar desde bien pequeños para que cada pasito que den y cada acción que desarrollen tenga un único objetivo: proteger y dar cariño a la Tierra.
Si pasas por la Plaza de Armas, verás que justo frente a la galería El Papelista y la Biblioteca Rubén Martínez Villena hay un depósito de basura muy bien distribuido según los desechos que portan los transeúntes. Si tienes hijos pequeños, quizás aún no saben cómo colocar la basura, o si son mayores, aún no tienen este buen hábito. ¡Que de hoy no pase! Plásticos, al amarillo; vidrio, al verde; papeles y cartones, al azul…
La Madre Tierra vive para darnos todo. No hay madre como ella en todo el Universo.
El sol y la luna
hablan de la Tierra,
la ven muy cansada
y parece enferma.
Su cielo está gris,
no es azul, ni claro,
su mar está sucio
y los peces pálidos.
Los ríos sin agua,
los campos muy secos
y se talan árboles
en pos del progreso.
Los osos no hibernan,
las aves no emigran,
bla, bla, bla, siguen
mientras que la miran.
Muy callado un niño
los escucha hablar,
no sabía nada,
¡él quiere ayudar!
Promete a los astros
cuidar de la Tierra,
ahorrar, reciclar,
siempre protegerla.
